Podrías ver el placer como las olas del mar: llegan hasta a ti, te acarician y después se las lleva la marejada hasta un nuevo encuentro. Es verdad que puedes correr tras ellas, pero la ola se perderá en el agua que la envuelve y, si pretendes atraparla, te ahogarás buscándola. No te pertenece, acéptalo, se ha ido.
Walter Riso
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